Se ha resumido la vida actual del ser humano en tres etapas:
Etapa Inicial: puede y tiene tiempo, pero no sabe.
Etapa Media: puede y sabe, pero no tiene tiempo.
Etapa Avanzada: sabe y tiene tiempo, pero no puede.
Entonces, la pregunta es la siguiente: ¿Cómo poder disfrutar la vida cuando ya tenga los medios y el tiempo para hacerlo? Lo cierto es que cada vez más nos arropamos en la intensa necesidad de trabajar y ocuparnos para llegar a. Sin embargo, la mayoría se mantiene en la ‘Etapa Media’ sin trabajar para revertir el “no puede” cuando le toque la ‘Etapa Avanzada’.
Son más las investigaciones que indican que es necesario adoptar a tiempo hábitos apropiados de estilo de vida, así, las consecuencias a causa del envejecimiento, como: deterioro de la masa muscular, disminución de la densidad ósea, incremento del tejido adiposo, disfunción metabólica, entre otros; no tiene por qué seguir los parámetros habitualmente asumidos. Hay un grupo creciente entre la población de mayores de 80 años que está envejeciendo bien y se mantiene activo y sano gracias a un buen manejo de la nutrición, ejercicios físicos y/o deportivos (principalmente de musculación), y control sobre el estrés.
Estudios hacia este tipo de población (mayores de 70 años) sana y activa han desarrollado parámetros generalizados para lograr vivir con calidad de vida:
Dormir siete u ocho horas diarias, conciliando un descanso de calidad.
Incluir en la alimentación diaria un desayuno abundante y equilibrado rico en proteínas y fibra.
Tener más números de comidas, disminuyendo la ingesta calórica parcial (cinco comidas en lugar de tres). Es decir, comidas menos copiosas, pero más frecuentes.
Asegurar una ingesta proteica adecuada, un nivel de calorías correcto, controlando el consumo de grasas, que deben ser fundamentalmente de origen vegetal (ricas en ácidos grasos insaturados) y limitando la ingesta de azúcares y alimentos procesados u/o refinados.
Cuidar el buen estado de la dentadura y masticar correctamente.
Ingerir suficiente cantidad de agua.
Mantener el peso corporal entre un 5 por ciento por debajo y un 15 por ciento por encima respecto a los pesos indicados como estándar en hombres, y entre un 5 por ciento por debajo y un 10 por ciento por encima del peso indicado como estándar en mujeres.
Hacer ejercicio de forma frecuente y regular. Para los más mayores el trabajo de jardín, natación, golf, paseos vigorosos, etcétera.
Un trabajo individualizado y monitorizado con pesas para los más mayores es recomendable y, en edades más tempranas, constituye una garantía de mantener mayor proporción de masa muscular magra y menor panículo adiposo.
Consumir muy poco o nada de alcohol (un vaso de vino tinto al día como máximo).
No fumar.
Envejecer bien es algo que no se puede improvisar; en gran medida depende de cada uno de nosotros, no obstante, el envejecimiento prematuro no está tan íntimamente ligado al paso de los años como a otros factores perfectamente controlables e incluso evitables. El problema es que muy pocos sabemos envejecer, sobre todo porque nadie se tomó la molestia de enseñarnos ese «arte» que, sin duda, pasa por ejercitar la mente y el cuerpo todo lo posible. Tal es el caso, que puede que una persona sedentaria entre los 30-40 sea más vieja que una que es activa entre los 50-70, todo debido a su edad biológica (derivado de la composición corporal y funcionalidad del metabolismo), mas no cronológica (establecida por la fecha en que nacemos).
En conclusión, se ve preciso incorporar nuevos hábitos de vida como: una nutrición equilibrada con su respectivo uso de suplementos nutricionales, mantener una rutina de entrenamiento físico eficaz y activo, y tener una armonía interna vía meditación, terapias, ejercicios de respiración, entre otros. Todo esto permite retardar o erradicar las consecuencias del envejecimiento, del mismo modo que garantiza vivir con una calidad de vida en el que “ya sabe, tiene tiempo, y puede disfrutar”.
Fuente: Master Fisicoculturismo & Fitness, IFBB ACADEMY
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